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Foto del escritorRaquel Cruz

La Violencia Laboral: Un mal que nos afecta a todas y todos



En un país en donde la violencia y el machismo, lamentablemente, transgreden nuestra cotidianeidad, no resulta anormal pensar también en que el ámbito laboral se vea afectado por los mismos.


Y es que, pese a que no hablamos de una problemática que se ha venido presentando de unos años para acá sino de un escenario histórico, muchas veces toca preguntarnos y replantearnos ¿son estos adjetivos inherentes a nuestra cultura? ¿La violencia de género es algo que no se puede erradicar? La respuesta a la última pregunta es sí, claro que puede erradicarse, y el primer paso es empezar a hacerlo desde los espacios en los que coexistimos con otras personas todos los días. Como, por ejemplo, el trabajo.


¿Cuántas veces hemos escuchado el es broma después de un comentario inapropiado en medio de una junta laboral? ¿O algún compañero ha hecho mansplaining sobre un tema que conocemos bien? ¿O, quizá en escalas mayores, nos hemos visto expuestas a miradas o tocamientos no consensuados por parte de compañeros y superiores en algún espacio presencial? Son tantos los ejemplos en donde la violencia de género, en mayores o menores niveles, se hace presente, que resulta imposible hacer caso omiso a la urgencia que implica dejar de repetir estos patrones que durante muchos años han sido aprendidos. Para esto, toca hacernos las siguientes preguntas.


¿A qué nos referimos cuando hablamos de violencia de género?


De acuerdo a la definición de ONU Mujeres, la violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas. Si bien afecta tanto a mujeres como hombres, este término se utiliza principalmente para subrayar el hecho de que las diferencias estructurales de poder basadas en el género colocan a las mujeres y niñas en situación de riesgo frente a múltiples formas de violencia.


Esto se ve reflejado en las estadísticas a nivel mundial, en donde se estipula que, según la OMS, una de cada tres mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja, o violencia sexual de terceros en algún momento de su vida.


¿De qué manera la violencia de género se traduce a violencia laboral?

Según los “Lineamientos generales sobre violencia de género en el ámbito laboral para los centros de trabajo en México” de la UNODC, cuando cualquier tipo de violencia, incluyendo la violencia de género, ocurre en el ámbito del trabajo, entonces suele denominársele violencia laboral, sin importar si ésta se ejerce en el sector público o privado.


De acuerdo a la UNODC, la violencia laboral comprende el uso de la fuerza o poder moral o psicológico contra una persona o grupo, que puede causar daños físicos, sexuales o psicológicos, considerando que el acoso sexual y psicológico, las amenazas, el acoso laboral, el abuso emocional, la intimidación y toda conducta que genere ansiedad, miedo y un clima de desconfianza en el lugar de trabajo, son parte de este problema.


Esta violencia atenta igualmente contra el principio de no discriminación e igualdad de trato de las personas, así como los derechos a la salud y el bienestar (incluida la salud mental) de hombres y mujeres.

¿Cómo podemos prevenir la violencia laboral?

Es trascendental empezar a pensar en la manera en la que nos relacionamos en el ámbito laboral; entender que, si bien antes podían hacerse las cosas de cierto modo, al día de hoy el panorama ha cambiado y es necesario modificar nuestras conductas para bien. Pensando, sobre todo, en el ejemplo y espacios que estamos dejándole a las generaciones venideras.


En Grupo Re tenemos clara la importancia de la erradicación del machismo en los espacios personales y laborales, por lo que día a día trabajamos, aún desde la introspección, en mejorar nuestro clima y cultura laboral, con la finalidad de mantener la coherencia que nos caracteriza entre la manera en la que nos presentamos públicamente y el cómo nos comportamos en lo privado.


Hoy en día es fundamental entender que la igualdad de género dejó de ser una utopía hace mucho tiempo y nos corresponde poner de nuestra parte para trabajar en pro de ello y hacerla cada vez más una realidad mundial.


Por esto, si estás siendo víctima de violencia en tu trabajo, existen varias instituciones a las que te puedes dirigir para denunciar tu situación y detener este problema. Entre ellas están:


  • Procuraduría para la Defensa del Trabajador del estado en cuestión

  • Juntas de Conciliación y Arbitraje del estado en cuestión

  • Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET)

  • Comisión de Derechos Humanos del estado en cuestión

  • Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)

  • Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Discriminación (CONAPRED)

  • Procuraduría o Fiscalía General de Justicia del estado que corresponda


Entre otras.


El objetivo de estas instituciones es auxiliarte y salvaguardar tu integridad física y emocional durante el proceso, por lo que no dudes en acercarte si estás viviendo una situación de violencia de género. Sea o no laboral.


Este escenario nos compete a todas y todos, por lo que no podemos hacer caso omiso a una realidad que nos atraviesa de manera inminente.


Finalmente, y en palabras de Angela Davis, no estamos aceptando las cosas que no podemos cambiar sino cambiando las cosas que no podemos aceptar.


Hay que ser parte de ese cambio.


Fuentes:

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